Popularizada por Will Cole, quiropráctico y especialista en medicina funcional, la dieta cetotariana está ganando cada vez más partidarios en todo el mundo. A mitad camino entre una dieta keto y la vegetariana, se trata de una nueva forma de alimentación basada en plantas, con un bajo aporte en carbohidratos y un elevado contenido en grasas. Aunque no es la panacea, lo cierto es que esta dieta resulta menos restrictiva que otros regímenes de alimentación, a la vez que brinda numerosos beneficios para la salud.
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¿En qué consiste exactamente la dieta cetotariana?
Básicamente, la dieta cetotariana no es más que un plan de alimentación bajo en carbohidratos, alto en grasas y moderado en proteínas. En una dieta cetotariana, el consumo de carbohidratos no debe superar el 5% de las calorías diarias, lo que equivale aproximadamente a 25 gramos de carbohidratos, es decir, la mitad de un pan de hamburguesa o unos 100 gramos de arroz cocido. Asimismo, el consumo de proteínas representa el 25% de las calorías diarias mientras que la ingesta de grasas debe rondar entre el 70% y el 75%.
A diferencia de una dieta vegetariana, la cetotariana admite el consumo de pescados, mariscos, mantequilla y huevos, pero excluye la mayoría de los productos de origen animal y derivados lácteos que son tan aceptados en la dieta cetogénica. Eso significa que deben evitarse las carnes como el pollo, el cerdo y la ternera, los garbanzos y las lentejas, así como los quesos, el helado, el yogurt, la leche de vaca entera y la crema espesa. También se recomienda limitar el consumo de grasa de cerdo y tocino.
De la misma manera, la dieta cetotariana reduce el consumo algunas verduras solanáceas como los tomates, las berenjenas, los pimientos o las patatas ya que estos limitan la absorción de nutrientes, así como los derivados no fermentados de la soja como el tofu, debido a su alto contenido en fitoestrógenos que pueden afectar el equilibrio hormonal.
A su vez, apuesta por el aceite de oliva y limita el uso de los aceites de semillas ya que asegura que promueven la inflamación en el organismo debido a su elevado contenido en omega 6, según comprobó un estudio realizado en la Universidad Laval.
La calidad de los alimentos es otro pilar importante de la dieta cetotariana. Por eso aboga por el consumo de alimentos de calidad y, preferentemente, naturales y de origen ecológico. Asimismo, presta especial atención al consumo de alimentos frescos, lo que se traduce en una mayor cantidad de nutrientes y más beneficios para la salud.
Los beneficios de la dieta cetotariana para la salud
1. Ayuda a adelgazar
Uno de los beneficios más conocidos de la dieta cetotariana, por el que tanto se ha popularizado, es por su efecto adelgazante. Aunque no está diseñada como una dieta para perder peso, al tener un elevado contenido en grasas contribuye a que el cuerpo queme la grasa acumulada en lugar de los carbohidratos, a la vez que acelera la tasa metabólica basal. Así lo demostró un estudio realizado en la Universidad Autónoma de Barcelona en el que se comparó el efecto de la dieta cetogénica, rica en grasas y baja en calorías, con el de una dieta hipocalórica estándar en un programa de pérdida de peso en pacientes con diabetes mellitus II. Los resultados mostraron que la dieta rica en grasas y baja en calorías resultó más eficaz para perder peso que las dietas tradicionales.
2. Previene la diabetes
La genética y la herencia son factores determinantes en el origen de la diabetes, pero en su desarrollo también influyen otras condiciones de origen biológico, como por ejemplo, la inflamación. Así lo demostró una investigación realizada por especialistas de la Universidad de Washington en el que se analizó la influencia de la inflamación del tejido adiposo en la sensibilidad a la insulina y la tolerancia a la glucosa. Los resultados revelaron que la inflamación y la acumulación de grasa en tejidos metabólicamente activos son un factor clave en la resistencia a la insulina y el desarrollo de la diabetes tipo II. Gracias a sus propiedades antiinflamatorias, la dieta cetotariana reduce la inflamación en el organismo, a la vez que facilita la quema de grasas en el cuerpo, lo que reduce el riesgo de padecer diabetes.
3. Mejora la salud intestinal
Un alto contenido en fibra junto al consumo de alimentos fermentados convierten a la dieta cetotariana en un excelente aliado de la salud intestinal. Así lo reveló una revisión que se llevó a cabo en la Universidad de Coímbra en la que se evaluaron los efectos de los alimentos fermentados en la salud intestinal y el equilibrio de la microbiota. Los resultados mostraron que el consumo de alimentos probióticos, sobre todo los que se encuentran en los alimentos fermentados, producen importantes mejoras en el equilibrio de la permeabilidad intestinal y la función de la barrera, lo que se traduce en una mejor digestión.
Gracias a que reduce el consumo de carbohidratos refinados y alimentos procesados, la dieta cetotariana también es un buen aliado para la salud cardiaca, a la vez que contribuye a prevenir alteraciones como la hipertensión o el síndrome metabólico.
Los inconvenientes que debes conocer antes de apostar por la dieta cetotariana
Uno de los principales inconvenientes de la dieta cetotariana radica en su sostenibilidad a largo plazo pues, aunque no resulta tan restrictiva como otras dietas hipocalóricas, limita el consumo de determinados alimentos. A esto se le suma el hecho de que es difícil compatibilizarla con la vida social, a la vez que requiere una planificación exhaustiva para garantizar un consumo equilibrado de nutrientes. Y además, como aboga por productos ecológicos encarece la cesta de la compra. Por estas razones, en muchos casos las personas la abandonan.
Además, al igual que muchos otros planes de alimentación, la dieta cetotariana no está recomendada para las personas propensas o que sufren trastornos de alimentación. Al tratarse de una dieta relativamente restrictiva está contraindicada en las mujeres embarazadas, niños, ancianos y enfermos crónicos o con necesidades nutricionales específicas. Ello explica por qué se aconseja consultar a un especialista en nutrición antes de apostar por un plan de alimentación cetotariano.
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