El Pilates se ha puesto de moda. Y no es para menos ya que esta práctica pone en movimiento todo el cuerpo a través de ejercicios sencillos, por lo que es ideal lo mismo para los atletas que para las personas que tienen algún problema físico. De hecho, aunque no es milagroso, forma parte de las técnicas de rehabilitación y recuperación.
El Pilates es un ejercicio para sintonizar mente y cuerpo por lo que no solo aumenta la conciencia del propio cuerpo sino que también promueve la relajación. Además, mejora nuestra coordinación y equilibrio, oxigena los tejidos, potencia la flexibilidad muscular, aumenta la movilidad de las articulaciones y estimula el sistema circulatorio para eliminar las toxinas.
Sin embargo, para estar sanos no basta con realizar actividad física, también es fundamental vigilar nuestra dieta. Por eso, en esta ocasión vamos a hacer referencia a la alimentación ideal para las personas que practican Pilates.
Los tres principios básicos de una dieta saludable para quienes practican deporte
- Apostar por las grasas sanas. Es cierto que las grasas saturadas son dañinas para nuestras arterias y que ralentizan el metabolismo porque tardan más en digerirse, pero eso no significa que debamos eliminar las grasas por completo de la dieta. De hecho, la grasa debe cubrir aproximadamente el 25% de las necesidades energéticas totales. La clave radica en elegir las más saludables, como las grasas monoinsaturadas, que nos aportan vitaminas liposolubles. Incluye en tu dieta el aceite de oliva, el aguacate, los frutos secos y las semillas de lino.
- Preferir los hidratos de carbono de absorción lenta. Cuando se practica actividad física, los hidratos de carbono son la principal fuente de energía. Sin embargo, los hidratos de absorción rápida, como el pan blanco, los alimentos hechos a base de harina blanca y las frutas enteras provocan picos glucémicos mientras que los hidratos de absorción lenta, como los cereales integrales, las legumbres, las verduras y las hortalizas evitan la hipoglucemia ya que liberan la glucosa lentamente.
- Beber suficiente líquido. Durante el ejercicio es normal que sudemos, por lo que es fundamental mantenerse hidratados. De hecho, el agua y los electrolitos son imprescindibles para regular la temperatura corporal y el intercambio de iones, sin los cuales se afecta la conducción del estímulo nervioso y la contracción muscular. Además, la deshidratación provoca un aumento de la concentración de glóbulos rojos, lo cual genera un incremento de la viscosidad de la sangre. Por tanto, disminuye el flujo de sangre al músculo y aumenta la frecuencia cardiaca.
¿Qué comer antes y después del entrenamiento?
Algunas personas acuden a las clases de Pilates con el estómago vacío. Sin embargo, este ejercicio no tiene un gran componente aeróbico por lo que, si bien existen rutinas de Pilates para adelgazar, lo ideal es que trabajes lo mejor que puedas, y para ello debes tener energía suficiente.
Por eso, antes de una sesión se recomienda apostar por los cereales integrales, que te irán dando la energía que necesitas a lo largo del entrenamiento. También puedes consumir leche desnatada y yogurt, pero sin azúcar. Otra alternativa son los frutos secos.
Tampoco se recomienda comenzar la sesión con el estómago demasiado lleno. Debes dejar pasar aproximadamente 2 horas antes de comenzar la clase, en caso de que se trate de un desayuno fuerte o una comida.
Después del ejercicio la prioridad es recuperar la energía perdida. Por eso, puedes apostar por las barritas de cereales o un batido de frutas y/o verduras frescas.
Como colofón, se recomienda beber unos 45 minutos antes de comenzar la sesión y después, detenerte cada 20 minutos para tomar pequeños sorbos de agua. Las bebidas para deportistas, que contienen sales minerales y azúcares, solo están recomendadas para actividades más intensas que duren más de una hora o si hay mucho calor.