La obesidad es un problema de salud que está alcanzando niveles alarmantes. Tan solo en Estados Unidos, el Departamento de Salud ha indicado que alrededor del 60% de la población es obesa y tiene un alto riesgo de padecer complicaciones cardiovasculares, diabetes y algunos tipos de cáncer. De hecho, expertos de la Universidad de Columbia y del City College de Nueva York afirman que las repercusiones de la obesidad ya han superado con creces los problemas causados por el consumo de tabaco.
Para que se tenga una idea de los problemas que pueden llegar a causar esos kilos de más, baste recordar que según la Organización Mundial de la Salud, entre el 7 y el 41% de los diferentes tipos de cáncer que hoy se padecen son responsabilidad, en alguna medida, de la obesidad, así como el 23% de las cardiopatías isquémicas y el 44% de los casos de diabetes. La obesidad es una enfermedad que mata.
Las consecuencias de la obesidad en los niños
Hoy se conoce que gran número de condiciones médicas están relacionadas con la obesidad, ya sea porque esta las provoca directamente o porque agrava sus síntomas. Por ejemplo, la obesidad en los niños se ha asociado con un mayor riesgo de discapacidad y muerte prematura en la edad adulta. Asimismo, se ha encontrado que los niños con un índice de masa corporal superior a 30 tienen mayores dificultades respiratorias y un riesgo mayor de sufrir hipertensión y fracturas. También suelen desarrollar una resistencia marcada a la insulina, lo cual le conduce, antes o después, a la diabetes.
Los problemas que causa la obesidad en los adultos
Los niños no son los únicos afectados por la obesidad, esta condición crónica también afecta a los adultos. Esos kilos de más son los principales responsables de problemas de salud tan frecuentes como las enfermedades cardiovasculares, la diabetes, el hígado graso no alcohólico y algunos tipos de cáncer como el de mamas, endometrio y colon.
Asimismo, la obesidad, sobre todo cuando se trata de obesidad central (sobrepeso concentrado fundamentalmente en la zona del abdomen), es un factor que predispone a la persona a sufrir lo que se conoce como síndrome metabólico, un trastorno que conjuga diferentes alteraciones como la diabetes mellitus tipo 2, la hipertensión arterial y los niveles elevados de triglicéridos y colesterol en sangre. A largo plazo, estos problemas de salud se convierten en una verdadera bomba de tiempo dispuesta a estallar en cualquier momento.
De igual manera, la obesidad puede agravar otras condiciones de salud que, si no son tratadas a tiempo, pueden provocar la muerte de quienes las padecen como por ejemplo, el corazón aumentado de tamaño, lo cual se debe a un engrosamiento del músculo debido a que está sometido a una mayor carga de trabajo para bombear la sangre por todo el cuerpo.
La persona obesa también está más expuesta a sufrir un embolismo pulmonar ya que aumentan las probabilidades de que se forme un coágulo y se bloquee el suministro de sangre al pulmón. Además, puede desarrollar una insuficiencia renal crónica y una hipertensión intracraneal idiopática.
Las venas varicosas, provocadas por la presión que se ejerce sobre estas, el reflujo esofágico, causado por la incapacidad para producir una mayor cantidad de enzimas que protejan las paredes del sistema gastrointestinal, y los cálculos biliares, producidos por los niveles elevados de colesterol, son otros de los problemas vinculados a la obesidad.
No obstante, la obesidad también extiende sus tentáculos hasta el sistema nervioso central. De hecho, se ha podido apreciar que la persona obesa tiene un riesgo mayor de sufrir accidentes cerebrovasculares, depresión y deterioro cognitivo, así como demencia y Alzheimer.
Como colofón, debes saber que la obesidad no solo provoca o agudiza diferentes enfermedades sino que también duplica el riesgo de morir ya que las complicaciones de salud son más frecuentes.