Nutrición saludable durante el embarazo

Nutrición saludable gestantes

La nutrición durante el embarazo es fundamental ya que a través de la dieta de la madre, el bebé asumirá todos los nutrientes que necesita para crecer. Sin embargo, en muchas ocasiones las mujeres creen que todo lo que necesitan es comer más, alimentarse por dos, cuando en realidad no es así.

La mujer embarazada también debe estar atenta a la cantidad de calorías que consume ya que el sobrepeso es un factor de riesgo durante el parto. Además, también debe cerciorarse de que los alimentos que ingiere son sanos y les reportan todas las vitaminas y minerales que necesita el bebé.

De hecho, la nutrición durante el embarazo es tan importante que incluso se ha podido comprobar que esta incide en los gustos que tendrá el niño durante sus primeros años de vida. Un estudio publicado en la revista Pediatrics halló que los hijos de las madres que han mantenido una dieta variada durante la gestación y la lactancia, son más proclives a probar nuevos sabores, incluyendo las frutas y verduras.

Por tanto, mantener una nutrición saludable durante el embarazo es fundamental. ¿Cómo lograrlo?

Consejos para llevar una dieta saludable durante el embarazo

Aumenta de peso de forma gradual

A medida que la gestación avanza, es normal que ganes peso pero los especialistas indican que no es saludable aumentar demasiado. Lo ideal es que el peso aumente de manera paulatina, de hecho, durante el primer trimestre deberías ganar apenas unos 2 kilos. A partir del segundo trimestre, puedes aumentar unos 2 kilos al mes, o un poco más. Por tanto, se recomienda que durante los primeros 3 meses mantengas el mismo aporte calórico, durante el segundo trimestre puedes aumentar 300 calorías y otras 450 en el tercer trimestre.

Incrementa la frecuencia, no la cantidad

Durante los primeros meses del embarazo es natural que experimentes náuseas, vómitos y aversión por algunos alimentos, por lo que es probable que pierdas el apetito. Sin embargo, después que estos síntomas pasan, la mayoría de las mujeres experimentan mucha hambre. En ese caso, lo más recomendable es que planifiques tus comidas diarias. No debes aumentar demasiado la cantidad sino comer con mayor frecuencia, entre 5 y 6 veces al día. Apuesta además por meriendas saludables, como las frutas, el queso fresco, el yogurt o los frutos secos.

Evita la cafeína

El café y el té pueden llegar a ser adictivos, al igual que las bebidas energéticas y la Coca Cola. Sin embargo, durante la gestación deberías eliminar por completo la cafeína ya que esta sustancia puede tener efectos nocivos sobre tu bebé, aumentando el riesgo de que tenga bajo peso al nacer o que sufra otros problemas a lo largo del crecimiento. De hecho, algunos estudios sugieren que cuando las mujeres consumen 200 o más mililitros de cafeína al día (aproximadamente una taza de 12 onzas) tienen dos veces más probabilidades de tener complicaciones durante la gestación.

Limita el consumo de pescado, sobre todo sushi

La mayoría de los pescados contienen restos de mercurio, un metal dañino en altas dosis que puede afectar el crecimiento del cerebro del bebé mientras está en el vientre materno. Por eso, los especialistas de la FDA desaconsejan el consumo frecuente de pescados, sobre todo de sushi ya que al no estar cocido, tiene concentraciones más elevadas de bacterias y minerales potencialmente nocivos para el bebé. Por tanto, lo ideal es evitar el pescado o reducir su consumo a 12 onzas por semana, lo que equivale a 2 raciones.

No bebas alcohol

El consumo de alcohol durante la gestación puede provocar numerosos problemas en el bebé. De hecho, los estudios han demostrado que aumenta el riesgo de sufrir defectos físicos y problemas en el aprendizaje. Asimismo, los niños cuyas madres han bebido durante el embarazo tienen mayores probabilidades de desarrollar alteraciones emocionales y problemas de conducta durante los primeros años de vida.

Evita el queso blando y la leche no pasteurizada

Tanto la leche no pasteurizada como el queso blando, un tipo especial de queso que se elabora a partir de la leche no pasteurizada (como el queso blanco, el queso Brie o el queso Camembert), contienen grandes cantidades de bacterias que logran sobrevivir en diferentes ambientes. Por tanto, las probabilidades de que estas bacterias puedan llegar al feto y causarle daño son elevadas.

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