Las semillas son los grandes ausentes de la dieta cotidiana. De hecho, cuando se hace referencia a una nutrición saludable, se suele hablar de carnes, verduras, frutas y grasas pero se olvidan las semillas. No obstante, las semillas son un alimento particularmente beneficioso ya que contienen todos los nutrientes que nuestro cuerpo necesita. Las semillas no solo son ricas en vitaminas y minerales sino que nos aportan oligoelementos y contienen pocas calorías. Por tanto, incluirlas en la dieta cotidiana es muy conveniente.
En sentido general, casi todas las semillas comestibles son beneficiosas, aunque las mejores son las oleaginosas ya que nos brindan una mayor cantidad de ácidos grasos saludables. Además, son fáciles de conservar y pueden convertirse en un snack saludable con el cual contener el hambre cuando estamos en el trabajo o en la calle. No obstante, se debe aclarar que lo mejor es consumir las semillas crudas ya que así podremos aprovechar todos sus nutrientes.
Tabla de contenidos
Las mejores semillas para seguir una alimentación saludable
Semillas de granada
Tienen un color rojizo y son una increíble fuente de antioxidantes, por lo que nos protegen de la acción de los radicales libres, que afectan las células. También son ricas en polifenoles, por lo que disminuyen el riesgo de desarrollar algunos tipos de cáncer. Además, ayudan a disminuir el colesterol, evitan el estreñimiento y disminuyen los daños en los cartílagos, por lo que son un alimento perfecto para las personas que sufren artritis.
Semillas de calabaza
De color amarillento o verdoso, son ricas en proteínas y nos brindan una dosis considerable de vitaminas del grupo B. Además, como contienen una gran cantidad de triptófano, mejoran nuestro estado de ánimo y nos ayudan a prevenir la depresión. También se conoce que son un remedio para combatir algunos parásitos y que evitan el desarrollo de cálculos renales.
Semillas de girasol
Se trata de unas semillas pequeñas, de color blanco y cáscara oscura, que encierran una gran cantidad de beneficios para nuestra salud. De hecho, las semillas de girasol son una excelente fuente de vitamina E, que ayuda a neutralizar la acción de los radicales libres. También se conoce que estimulan las defensas de nuestro organismo y disminuyen los niveles de colesterol. Además, al ser una excelente fuente de magnesio, alivian los síntomas del asma, previenen el dolor de cabeza y ayudan a bajar la presión arterial.
Semillas de sésamo
Estas semillas, de color claro, se usan fundamentalmente como condimento en la cocina. Tienen la capacidad de disminuir el colesterol, mantener bajo control la presión arterial y proteger el hígado de los procesos de oxidación. Además, son una excelente fuente de vitamina B, hierro, calcio, manganeso, zinc y fósforo, entre otros nutrientes.
Semillas de comino
De color oscuro, estas semillas se usan desde hace siglos para darle sabor a diferentes platos. Hoy sabemos que estimulan la función del sistema inmunológico, protegen los riñones e incrementan la energía con la que trabaja el hígado. Además, tienen propiedades antisépticas por lo que son muy eficaces para aliviar los síntomas del resfriado, los dolores de garganta y los problemas digestivos. Como colofón, se conoce que estas semillas son capaces de aumentar la temperatura corporal, logrando que el metabolismo sea más eficiente para quemar las grasas.
Semillas de chía
Estas semillas, de color oscuro, son las más ricas en omega-3. De hecho, contienen más cantidad de este ácido graso que cualquier otro alimento de origen vegetal por lo que son ideales para las personas que no consumen pescado. Además, tienen un efecto protector contra las enfermedades cardiacas y la diabetes. También se conoce que protegen el hígado, mejoran el funcionamiento cerebral y disminuyen el dolor de las articulaciones.